Además, seguro que no sabías que Hugh se duchaba con agua fría cada vez que tenía que interpretar su papel. La cosa empezó cierto día con un calentador estropeado, en el que después de tener que soportar el agua helada con los dientes apretados, Hugh se dio cuenta de que tenía ganas de pegar a alguien y destrozar cosas ¡El estado de ánimo ideal!
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